Una voz reconocida en la escena de la vivienda latinoamericana es la de Irene Campos, Exministra de Vivienda y Asentamientos Humanos de Costa Rica y expresidenta del Foro de Ministros y Autoridades Máximas de la Vivienda y el Urbanismo de América Latina y el Caribe (MINURVI), quien compartió en entrevista con ONU-Habitat los retos principales en este sector.
Junio 22, 2022.
Costa Rica
Irene, ¿cuáles son los principales retos a los que se enfrenta América Latina en cuestión de vivienda?
El primero reto es el acceso al suelo urbano que a diferencia del suelo rural, cuenta con pocas políticas públicas, que ayuden a las familias de menores recursos acceder a terrenos bien ubicados en las ciudades, cercanos a empleo, equipamiento social, espacio y servicios públicos. El acceso a los servicios es un punto importante, que no solo tiene que ver con la vivienda, sino con el hábitat, por lo que la planificación urbana asociada al ordenamiento del territorio, resulta también un reto, al que se asocia por ejemplo una mejor movilidad de las personas desde los sitios de habitación a los lugares de trabajo, servicios, o equipamiento.
Otro reto es el acceso a financiamiento, puesto que el terreno urbanizado y la vivienda son bienes de alto valor, que necesariamente requieren acompañamiento de financiamiento para las familias.
La vivienda es un bien que otorga a la familia patrimonio, pero para adquirirlo se necesita de cierta cantidad de dinero o financiamiento. Este beneficio se ha dado al empleado formal, pero para aquellos que no lo son, la gran mayoría en nuestros países, este proceso se dificulta. Puede que tengan acceso a microcréditos informales, pero en la formalidad no hay acceso directo, convirtiéndolo en todo un reto de políticas públicas, especialmente por el riesgo que representa para las entidades financieras, otorgar crédito a personas que no cuentan con empleo formal.
Irene Campos agregó que en esta disparidad de oportunidades, el género es otro factor determinante, ya que para las mujeres existen brechas adicionales para el acceso a una vivienda adecuada.
Nosotros en Costa Rica hicimos un estudio para desarrollar una política pública que mejorara el acceso de las mujeres a la vivienda adecuada y al hábitat. El análisis se realizó en conjunto con el Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU) y los resultados del diagnóstico fueron sumamente reveladores, ya que la principal barrera encontrada fue el acceso a la información.
"Las mujeres no tienen información sobre los diferentes sistemas de subsidios existentes, desconocen cómo se accede a ellos, cuáles son los trámites para obtenerlos o cuál es la información que se requiere para obtener un crédito o ir a un banco. "
Y es precisamente el acceso al financiamiento la segunda brecha detectada. Es curioso, porque cuando una pareja de hombre y mujer se acerca a tomar un crédito, la persona que atiende se dirige al hombre, dando por hecho que él es el que va a adquirir el crédito, no ella.
También hay un sesgo de género asociado al financiamiento y a la capacidad de pago. Los trabajos son mejor pagados para los hombres y si el salario de una mujer es menor, el crédito potencial se hace menor, y esto se dificulta aún más si la mujer es jefa de hogar e incurre en mayores gastos que le dificulten el acceso al crédito.
En lo que respecta a las brechas de disfrute, estas tienen que ver con la ubicación de los terrenos en la ciudad, la calidad de las estaciones para tomar el transporte público, su iluminación, las rutas de transporte público todas ellas, variables relacionadas con la planificación urbana. El estudio también detectó que las mujeres tienen un déficit cualitativo de la vivienda, lo que significa que puede ser que la tengan, pero es de mala calidad o no cumple con sus necesidades, como la posibilidad de tener un espacio para realizar trabajo en casa.
Es importante detectar las áreas relacionadas a las tareas de la mujer e incorporarlas en el diseño de la vivienda, esto les puede facilitar sus actividades diarias. Lo mismo con el diseño urbano del hábitat, que tiene que ver con las rutas peatonales y de transporte, la iluminación, localización de las viviendas y de los complejos habitacionales, en los que hay que considerar la distribución espacial, para evitar zonas oscuras y peligrosas.
¿Cómo es posible cerrar estas brechas de género en el acceso a la vivienda?
Para cerrar las brechas se tienen que generar políticas públicas interinstitucionales en relación con un diseño habitacional y urbano integral con perspectiva de género, ya que subsanar los vacíos requiere de instancias asociadas y de indicadores de cumplimiento. Por ejemplo, para aliviar las dificultades financieras, en política pública se podrían implementar subsidios adicionales, que aunque no necesariamente tienen que ir al financiamiento de la vivienda, contribuirían con el empoderamiento de la mujer dentro de su sociedad y su familia.
En Costa Rica tenemos un programa que se llama “Puente al desarrollo”, que cubre áreas como el bienestar, la comunidad y el trabajo. Las mujeres en este programa reciben capacitación para concluir sus estudios, se les ayuda en temas personales, familiares y de violencia doméstica, aspecto crítico. Si a eso sumáramos el tema del financiamiento, todo el programa de empoderamiento y capacitación para las mujeres sería trascendental.
Nuestros hallazgos se pueden proyectar en América Latina, en donde las condiciones de las ciudades y de su planificación son muy parecidas, por lo que es un tema que se podría compartir para mejorar las condiciones de vivienda en la región.
¿Cómo ha influido en tu trabajo el hecho de ser mujer?
A la pregunta de si tiene alguna significancia en el ejercicio de mi profesión y de mis actividades el hecho de ser mujer me doy cuenta de que sí. Yo soy profesional de la ingeniería civil, graduada de un grupo de entre 40 a 50 hombres y dos mujeres y el ejercicio de mi profesión siempre fue en un entorno principalmente masculino, pero me he dado cuenta de que nosotras las mujeres tenemos formas diferentes de enfrentar los problemas, no mejores ni peores, simplemente diferentes.
El hecho de ser conciliadoras, contar con una tendencia hacia el cuidado y tener mayor sensibilidad hacia los problemas, imprime una forma distinta para trabajarlos. Incluso hay una diferencia en la forma de mediar los problemas y dirigir grupos.
A partir de estas diferencias es que los equipos se enriquecen. Desde mi perspectiva, lo más importante es que somos el complemento de un equipo del que también los hombres forman parte importante, no somos ni mejores ni peores, somos dos partes que se complementan para tener un gran conjunto.
En el ámbito académico, Irene Campos se ha desempeñado impartiendo cátedra en la Universidad de Costa Rica. Con la experiencia obtenida a lo largo de los años, ¿qué nuevas enseñanzas se pueden compartir a las generaciones en formación para construir mejores planes de vivienda que afronten los retos del futuro?
En el área de ingeniería considero que es fundamental agregar un componente social. Creo que hay un gran reto en todo lo que tiene que ver con la convivencia porque nos enfocamos en dar la vivienda, las paredes, la edificación, pero se nos olvida que ahí van a llegar familias, dependiendo del complejo habitacional, pueden ser entre 300 o 400 familias que habitarán un sitio y eso requiere de todo un proceso de convivencia.
Además, la mitigación de los gases de efecto invernadero es un tema crucial. Yo como profesora no acepto que un estudiante de ingeniería civil no sepa qué es Cambio Climático. Siempre les digo que es el problema más serio e importante del siglo y del planeta, no solo por el aumento de la temperatura, sino porque a su vez tiene una serie de consecuencias importantes en la salud, en la biodiversidad, en temas de desastres naturales, por contar solo algunos, entonces, la construcción y la vivienda tienen que ser aliados en su combate al considerarlo en las cuatro etapas del ciclo de vida de las edificaciones: materiales de construcción, procesos constructivos, operación de la vivienda y demolición.
Si las nuevas generaciones de profesionales tienen intrínseco el tema, ya no importa si está en un reglamento o no, porque se aplicará por esta importancia interiorizada. También de ahí la importancia de conformar equipos de trabajo complementarios, con profesionales que colaboren por el bien común, rompiendo la barrera entre hombres y mujeres para abrazar nuestras diferencias y juntos hacer un equipo realmente valioso, con respeto y una visión común.
“Todavía queda mucho por hacer y nuestras problemáticas en América Latina son prácticamente las mismas, entonces en conjunto podemos trabajar de una forma muy concertada para así salir adelante y superar nuestras dificultades de hábitat.” Irene Campos.
Exministra de Vivienda y Asentamientos Humanos de Costa Rica y miembro del Foro de Ministros y Autoridades Máximas de la Vivienda y el Urbanismo de América Latina y el Caribe (MINURVI), Irene Campos es licenciada en Ingeniería Civil egresada de la Universidad de Costa Rica y maestra en Environmental Sanitation por la Universidad de Gante en Bélgica.
Por más de cuatro años se desempeñó como Presidenta de la Junta Directiva del Banco Hipotecario de la Vivienda y se desarrolló en otros puestos de alto nivel como la presidencia de la Unión Panamericana de Asociaciones de Ingenieros (Upadi), la Dirección General del Instituto Costarricense del Cemento y del Concreto (ICCYC) y como coordinadora en la Comisión de Sostenibilidad y Ambiente del Colegio de Ingenieros Civiles.
Como especialista en consultoría en el área de ingeniería sanitaria y ambiental participó siendo socia y directora de proyectos de la firma Consultores Ambientales Unidos S.A (CAUSA). Además, es Miembro de la Comisión de Construcción Sostenible del Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos (CFIA) y se ha destacado en el ámbito académico impartiendo cátedra sobre el Análisis de Impacto Ambiental en la Universidad de Costa Rica.
