La obesidad y los problemas de salud crónicos tienen una aparente relación con los factores urbanos.
Al respecto los investigadores de la planificación urbana están ampliando sus horizontes y prestan mayor atención a cómo sus campos profesionales afectan la salud humana.
Y es que los problemas de salud urbana están creciendo, en parte porque las ciudades también están creciendo."
Un estudio sobre salud y forma urbana revela que las personas que viven en áreas urbanas de baja densidad podrían ...
caminar menos,
pesar más
y tener mayor inclinación a la hipertensión
Por el contrario, las ciudades compactas se asocian con niveles más bajos de obesidad, diabetes, presión arterial alta, enfermedades cardíacas y asma.
Una ciudad mal planeada no contribuye al bienestar ni a la salud
La dependencia excesiva del automóvil, el transporte deficiente y la disponibilidad de alimentos poco saludables es fomentada por decisiones de planificación urbana deficientes que se reflejan en las crecientes tasas de sobrepeso y obesidad.
Nueve de cada 10 personas en el mundo respiran aire contaminado
Paradójicamente, en algunas ciudades hay personas que se transportan en bicicleta por ser saludable, sin embargo, con una mala calidad del aire "una vez que haces ejercicio, aumentas tu frecuencia respiratoria, respiras más, más aire va a los pulmones y aumenta tu exposición a la contaminación del aire."
La forma y ambiente de la ciudades puede tener influencias significativas (positivas o negativas) en la salud de las personas.
Sin embargo los profesionales de la salud pueden mejorar la salud pública al abogar por patrones urbanos más compactos.
Además, la clave para resolver los problemas de salud, es alejarse de las políticas enfocadas a reconocer los problemas de salud solo después de que comienzan.
La buena noticia es que los urbanistas en el mundo empiezan a reconocer que los problemas de salud crecen en el centro de la ciudad y que la enfermedad puede tratarse antes de que esta aparezca, desde la buena planificación urbana.