La recuperación temprana es el restablecimiento de la capacidad de instituciones nacionales y comunidades para recuperarse de un conflicto o fenómeno natural, entrar en la transición, “reconstruir mejor” y evitar retrocesos. Su finalidad es la generación y/o refuerzo de procesos sólidos y sustentables de apropiación nacional para la recuperación tras una crisis. Abarca la restauración de servicios básicos, medios de vida, refugios, gobernabilidad, seguridad, Estado de Derecho, medioambiente y dimensiones sociales. Fortalece la seguridad humana y procura comenzar a abordar las causas subyacentes de la crisis.

Con información de ONU-Habitat.

25 Septiembre 2017


Tras una crisis, un país sufre un proceso de transformación dentro del período de tiempo de la transición. El término “transición” se refiere al período de tiempo inmediatamente posterior a un desastre y la recuperación temprana es la respuesta a este proceso de transformación, y da comienzo inmediatamente después de la respuesta inmediata frente a la crisis.

Las prioridades son producir resultados inmediatos para las poblaciones más vulnerables y promover oportunidades para la recuperación, una respuesta que evoluciona con el tiempo hacia una recuperación a largo plazo.

La programación de la recuperación a lo largo de la transición está pensada para la restauración de servicios sociales básicos, infraestructura, oportunidades para el establecimiento de medios de vida y gobernabilidad. La reacción inmediata se centrará en las intervenciones para salvar vidas, pero cuanto antes empiece el trabajo de recuperación, antes podrán estabilizarse las áreas afectadas, y tanto más corto y más efectivo será el proceso de recuperación.

Una recuperación temprana eficaz permite que las instituciones regionales progresen con el suministro de servicios básicos y asuman funciones de gobierno tales como la seguridad, la administración local y la justicia.

Objetivos de la recuperación temprana

Los esfuerzos de recuperación temprana tienen tres objetivos generales:

1. Aumentar las operaciones de asistencia de emergencia basándose en los programas humanitarios, con el objetivo de garantizar que sus contribuciones se conviertan en activos para el desarrollo a largo plazo y por tanto, fomenten la autosuficiencia de las poblaciones afectadas y ayuden a reconstruir los medios de vida, a través de, por ejemplo:

  • El restablecimiento y la facilitación del acceso a servicios esenciales como la salud, la educación, el agua y el saneamiento, las finanzas y la infraestructura primaria (reparación de carreteras, transportes, comunicaciones), y la restauración de bienes naturales;
  • La garantía de refugios de transición apropiados;
  • La distribución de semillas, herramientas y otros bienes y servicios que ayuden a reavivar las actividades socioeconómicas entre mujeres y hombres;
  • El suministro de empleo remunerado temporal para mujeres y hombres (por ejemplo: programas "dinero por trabajo");
  • El reestablecimiento de entornos necesarios para la reconstrucción de medios de vida;
  • El reestablecimiento de niveles básicos de seguridad colectiva y humana;
  • El fortalecimiento del Estado de Derecho y la capacidad del Estado para respetar, proteger y hacer respetar los derechos de las personas; y
  • La introducción de reducción de riesgos y prevención de conflictos para hacer “una mejor reconstrucción” y prevenir la reconstrucción de riesgos.

2. Apoyar iniciativas de recuperación espontáneas por parte de las comunidades afectadas y cambiar la dinámica de los riesgos y conflictos, a través de, por ejemplo:

  • El fomento de las capacidades nacionales/gubernamentales para dirigir la planificación y programación de la recuperación temprana basandose en conocimientos y prácticas locales;
  • El fortalecimiento de los esfuerzos de autoayuda y las capacidades de la población afectada;
  • La promoción de enfoques comunitarios para restaurar los niveles básicos de seguridad;
  • La identificación de mecanismos negativos para afrontar las crisis para así garantizar que la recuperación de la comunidad y las actividades de rehabilitación no generen prácticas discriminatorias o riesgos secundarios;
  • y La identificación de ecosistemas importantes (bienes y servicios) que requieren derestablecimiento para el desarrollo de medios de vida sustentables.

Pablo Vaggione, coordinador de ONU-Habitat en México y Cuba3. Establecer las bases para una recuperación a largo plazo, a través de, por ejemplo:

  • La evaluación temprana de necesidades, planificación y movilización de recursos para la recuperación, teniendo en cuenta las diferentes necesidades, recursos y vulnerabilidades de mujeres y hombres;
  • La planificación que involucra a todos los actores relevantes en el ámbito nacional e internacional y facilita la plena participación de organizaciones de las mujeres en todas las fases de la recuperación;
  • La creación de alianzas estratégicas entre comunidades y autoridades locales que garanticen la participación y la inclusión de grupos vulnerables, marginados y discriminados;
  • La concienciación de los derechos humanos y el fortalecimiento de las capacidades para que las comunidades locales reclamen sus derechos mientras se construyen las capacidades de las autoridades para responder de forma adecuada a esos reclamos;
  • La reconstrucción /restauración / fortalecimiento de los sistemas nacionales y locales, incluyendo la identificación del personal y su capacitación o recapacitación para restaurar las capacidades estatales para dirigir y gestionar la fase de desarrollo;
  • La revisión y/o el desarrollode políticas esenciales para guiar los esfuerzos de recuperación que tienen como objetivo la mejora y no el restablicimento de las condiciones y las vulnerabilidades pre-crisis (por ejemplo, a través de “una mejor reconstrucción”, prevención de conflictos e iniciativas de reducción de riesgos, la promoción de la igualdad de género);
  • y La identificación y el fomento de un sistema institucional capaz, con roles y responsabilidades claros que facilite la integración de la recuperación al proceso de desarrollo.

Parte II:

Cronología de las operaciones tras un desastre: quién hace qué y cuando

 


El numeral No. 19 de la Nueva Agenda Urbana señala:

19. Reconocemos que, al aplicar la Nueva Agenda Urbana debería prestarse especial atención a los retos singulares y nuevos en materia de desarrollo urbano. Especial atención merecen también los países en situaciones de conflicto [...] y los países afectados por fenómenos naturales y ocasionados por el ser humano.