Si la autoridad de una ciudad opta por no tomar decisiones en materia de desarrollo urbano, su ciudad perderá una oportunidad única de crecer de forma sostenible. Pero aquellos tomadores de decisiones que se preparan para afrontar el crecimiento, han de planear con antelación y a escala suficiente para crear las condiciones de una estructura espacial compacta. Esta estructura debe estar alineada con las características de la ciudad, generando beneficios para la población y reduciendo al mínimo las externalidades negativas. La promoción de un uso racional del suelo a través de políticas de densidad contribuirá a hacer estas metas duraderas.

Del libro Planeamiento Urbano para Autoridades Locales

2 Agosto 2017


Muchas de las problemáticas que afectan a las ciudades se derivan parcialmente de una falta de planificación estratégica integral. La ordenación del territorio se enriquece si se articula mediante una visión de futuro que sea sistémica y está legitimada colectivamente. Esta visión debe construirse considerando los rasgos culturales y físicos únicos de cada ciudad y debe orientar las actividades de todas las partes involucradas para trabajar de forma cohesionada para lograr una misma meta común.

Tres opciones para dar cabida al crecimiento

Para acomodar el crecimiento de la población urbana, las ciudades pueden o bien aumentar su capacidad de carga actual, ampliar sus límites, crear un sistema espacial con nuevas y múltiples centralidades, o utilizar una combinación de todos estos enfoques. La elección debe ser específica para cada contexto y debe estar basada en las proyecciones de crecimiento demográfico, disponibilidad de suelo, características demográficas, aspectos culturales y la capacidad de ejecución de la ciudad, incluyendo la capacidad de inversión y de hacer cumplir los reglamentos. Las treas opciones son:

1. Intensificar

Intensificar la densidad de las áreas urbanizadas existentes mediante el desarrollo de suelo vacío en el interior y el establecimiento de límites de crecimiento, que tendrían que ser reubicados en períodos regulares para evitar la escasez de suelo. La intensificación de la densidad implica regenerar terrenos industriales abandonados y la sustitución de construcciones existentes con edificaciones nuevas que tengan la capacidad de acomodar más personas. La consolidación de las zonas edificadas necesita reglamentos para preservar zonas sin desarrollo y para controlar la tendencia hacia la disminución de la densidad (tanto de personas como de edificaciones).

Este enfoque puede ser adecuado para las ciudades con una fuerte capacidad de hacer cumplir ordenanzas y donde el crecimiento demográfico es relativamente estable. Un ejemplo de éxito es el Límite de Crecimiento Urbano de Portland en los Estados Unidos.

2. Ampliar

Ampliar la ciudad en la periferia de la zona urbanizada. Las ciudades que crecen más rápido que un uno o dos por ciento anual deben garantizar la existencia de suficiente suelo para acomodar el incremento de población, lo que podría requerir al menos el doble del tamaño del área de suelo existente. La ampliación o extensión de la ciudad que rebase la huella existente debe integrar su infraestructura y sus sistemas de transporte plenamente. El área ampliada debe incluir servicios urbanos, cuya capacidad haya sido calculada para atender también a los residentes que viven en los barrios desfavorecidos de la ciudad existente.

La planeación de una ampliación de ciudad requiere visión y compromiso. El Plan de los Comisarios de Manhattan de 1811, en Nueva York, es un ejemplo de plan de extensión con visión de futuro.

3. Multiplicar

Multiplicar nodos mediante la construcción ciudades satélites que puedan estar asociadas con aglomeraciones existentes. A pesar de estar separadas físicamente y administrativamente, y ser parcialmente independientes económica y socialmente, las ciudades satélites deberán coordinarse con la ciudad central para aprovechar sinergias y economías de escala. Las ciudades satélites difieren de los suburbios en que tienen sus propias fuentes de empleo y de servicios, lo que evitará que se conviertan en simples ciudades dormitorio. Esta opción es adecuada para grandes ciudades con un rápido índice de crecimiento.

El Plan Integral de Shanghai 1999 - 2020 en China cuenta con nueve ciudades satélites que absorben la emigración de zonas rurales.

Tareas fundamentales en la articulación de la visión y la estructura espacial

Así que una vez explicadas las tres opciones de crecimiento, no debes de olvidar que para su implementación es necesario articular algunas tareas fundamentales:

1. Liderar y facilitar el proceso de la visión estratégica
2. Involucrar a todos los actores
3. Proporcionar datos sobre los activos espaciales (medio ambiente, topografía, infraestructura, etc.) para el ejercicio de visión
4. Documentar la visión estratégica preferida
5. Acordar los objetivos estratégicos que se deben alcanzar cada año
6. Desarrollar un marco de desarrollo urbano y el presupuesto para realizar la visión
7. Asignar recursos a través del presupuesto anual del gobierno local
8. Buscar el compromiso de las partes interesadas para desarrollar sus propios planes a fin de lograr la visión
9. Establecer indicadores de desempeño
10. Informar a la comunidad. 

El numeral No. 52 de la Nueva Agenda Urbana señala:

52. Alentamos la formulación de estrategias de desarrollo espacial que tengan en cuenta, según corresponda, la necesidad de orientar la ampliación urbana dando prioridad a la renovación urbana mediante la planificación de la provisión de infraestructuras y servicios accesibles y bien conectados, el logro de densidades demográficas sostenibles y el diseño compacto y la integración de nuevos barrios en el entramado urbano, impidiendo el crecimiento urbano incontrolado y la marginación.

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